En esta ocasión abordaré el tema del uso de teléfonos celulares y computadoras personales, así como el de las características y las implicaciones que tiene el que los usuarios cambiemos continuamente estos aparatos electrónicos por uno nuevo. Me basaré, sobre todo en la última parte, en los resultados que obtuvo la Dra. Berenice Cárdenas Aragón al realizar el trabajo de investigación titulado Caracterización de la Generación de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos. Caso de estudio Culiacán de Rosales, Sinaloa, cuyo propósito fue, originalmente, obtener el grado de doctora en ciencias sociales. Este estudio contó con la dirección del Dr. Eduardo René Fernández González y tuve la oportunidad de colaborar en su elaboración y revisión en mi carácter de integrante del comité de tesis. Aunque se trata de un trabajo elaborado hace cerca de ocho años, considero que sus conclusiones no han perdido vigencia.
En la parte introductoria del estudio en mención, se señala que la sociedad se está enfrentando a la generación de un tipo de residuo relativamente nuevo, que es resultado de la producción, consumo y post-consumo de aparatos eléctricos y electrónicos. Toda actividad humana genera residuos, como es el caso de los teléfonos celulares y computadoras portátiles, los cuales tienen impactos negativos en el medio ambiente y en la salud, por el alto contenido de sustancias tóxicas. Por tanto, la generación de grandes cantidades de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos puede analizarse desde la problemática que genera el mal manejo de estos, hasta la oportunidad de negocio que representa para las empresas recicladoras.
La generación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) como consecuencia del desuso de celulares y computadoras portátiles, ya sea porque el aparato cumplió con su ciclo de vida y dejó de funcionar o porque el usuario lo sustituyó por un nuevo equipo obedeciendo a las prácticas de mercadeo y a la aceleración en la innovación tecnológica, se ha convertido en una problemática que se observa tanto en la dimensión local como global. Este problema exige la creación de políticas públicas para su tratamiento, mismas que deben actuar sobre el desecho generado (reciclaje) y sobre las fuentes de generación.
En México, con base en datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), se sabe que se generan por mes cerca de 29,000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, estableciendo de igual manera que cada mexicano produce entre siete y nueve kilogramos de basura electrónica al año. El Global E-waste Monitor 2020, refiere que México es el décimo primero país a nivel mundial y segundo en Latinoamérica en la generación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
Otra referencia importante es que, según datos del Inventario de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos de México, en el 2021, con base a estimaciones, se crearon 1.2 millones de RAEE y, de acuerdo con proyecciones, se espera un crecimiento de 17% en la generación de residuos electrónicos entre 2020 y 2025, siendo la Ciudad de México una de las de mayor generación de RAEE, al representar el 11 por ciento del total producido a nivel nacional. Para tener una idea de la importancia de esa zona en la generación de RAEE, señalo, como ejemplo, que ahí se concentra la cuarta parte de usuarios de smartphone en México.
Por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020, se sabe también que, en México, hay 88.2 millones de usuarios de teléfonos celulares y que casi el 92 por ciento cuenta con un equipo inteligente (Smartphone). Sonora, Baja California Sur y Baja California son las entidades en las que un mayor porcentaje de su población utiliza teléfonos celulares, y Baja California Sur (80.6%), Colima (78.1%) y Sonora (77.0%) son los estados con el mayor porcentaje de usuarios de smartphone. Sinaloa (69.4%) en este ranking ocupa la posición 10.
Volviendo al análisis del estudio que ha dado origen al tema de esta colaboración, preciso que dicho trabajo de investigación se concentró en la generación de RAEE provenientes del uso de celulares y computadoras portátiles y que el propósito era mostrar cómo los aspectos socio-económicos diferencian el nivel en que las personas generan residuos electrónicos, y cómo es posible identificar las variables socioeconómicas que principalmente influyen en la frecuencia de reemplazo de teléfonos celulares y computadoras portátiles por parte de los individuos.
Los resultados corresponden a la ciudad de Culiacán, Sinaloa y se obtuvieron a través de métodos econométricos que por su complejidad no detallaré. Resumo enseguida los hallazgos más importantes.
Se encontró que la probabilidad de cambiar de celular o teléfono móvil aumenta mientras mayor sea el grado de escolaridad de las personas y la actividad a la que se dediquen tenga un mayor grado de calificación. Preciso, eleva la probabilidad de cambiar más pronto un teléfono móvil por otro, el tener mayores estudios, mayores ingresos y ocupar un puesto laboral más importante.
Los resultados de la estimación revelaron también que, a mayor edad, la probabilidad de cambiar de celular en un período corto de tiempo se reduce (el reemplazo se da mayormente en los jóvenes), que es menos probable que las personas casadas cambien de celular y, de la misma forma, es menos probable que cambie de celular un hombre que una mujer.
Por otra parte, el valor de los estimadores en las regresiones analizadas muestra que las variables que mayormente contribuyen a modificar la probabilidad de ocurrencia de la variable dependiente (cambio de celular), son el nivel de ingreso y el estado civil. Tal conclusión se infiere del tamaño de los estimadores y del alto nivel de significancia que presentan. En el primer caso, un cambio en la ubicación en el nivel de ingreso hace que aumente en 6.7 por ciento la probabilidad de cambiar de celular en un período preestablecido de tiempo. En el caso del estado civil, lo que se observa es que la probabilidad de que las personas solteras cambien de celular, en comparación con las casadas, es de más de 7 puntos porcentuales.
Utilizando la misma metodología, se realizaron estimaciones considerando como variable dependiente el cambio o reemplazo de computadoras portátiles en periodos cortos. Se utilizaron combinaciones de las mismas variables explicativas empleadas en los modelos construidos para el reemplazo de celulares. Se encontró que al igual que para el caso de los celulares, una menor edad genera una mayor probabilidad de cambiar o reemplazar una computadora personal y que mientras mayor es el ingreso de las personas, la probabilidad de que se dé el reemplazo aumenta. Además, se coincide también en el sentido de que la probabilidad de que una persona casada cambie de computadora es menor a la que corresponde a una soltera, como en el caso de los celulares.
Con los resultados obtenidos podemos inferir que existe una alta significancia en cuanto a las variables estimadas. A pesar de que cada región muestra particularidades, es posible retomar las variables socioeconómicas utilizadas en los modelos propuestos y reproducirlos en otras ciudades de México a fin de diseñar políticas públicas para orientar a los grupos que muestran mayor probabilidad de cambiar su equipo de celular en período corto de tiempo, a que sean conscientes de la problemática existente y así se genere una menor cantidad de residuos electrónicos por parte de la sociedad. El método propuesto para caracterizar a los generadores de residuos electrónicos es relevante ya que se puede utilizar como una herramienta para crear perfiles socioeconómicos que abarquen diversos equipos electrónicos. Para este caso se utilizaron teléfonos celulares y computadoras portátiles, los resultados indican que para ambos tipos de aparatos las variables de sexo, edad, nivel de ingreso y estado civil influyen en la respuesta de aceleración de reemplazo. Por lo tanto, las políticas para el buen manejo de residuos electrónicos deben ser encaminadas hacia estos grupos sociales a fin de mitigar el impacto ambiental y el aumento de residuos en la región en la que fue aplicado el método de caracterización propuesto.
Como se señala en la iniciativa del Dip. Murguía, hoy más que nunca es necesario atender en sus diferentes vertientes el manejo de estos desechos en todo el país antes de que el problema adquiera dimensiones incontrolables. En consecuencia, la construcción de un marco jurídico que incida en la disminución y mitigación de los impactos de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en México resulta fundamental en estos tiempos cruciales. El problema es muy importante y México no cuenta con una normatividad específica enfocada en el manejo de estos residuos. Es la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) la que establece a los residuos tecnológicos como aquellos provenientes de las industrias de la informática, fabricantes de productos electrónicos o de vehículos automotores y otros (Fracción VIII. Artículo 19), pero no asigna responsabilidades claras sobre su proceso de manejo.